Se cuenta que en un antiguo convento, las monjas sólo utilizaban la carne de la res y los huesos y las patas eran desechados. En alguna ocasión una de estas monjas decidió cocinarlos y vieron que estos liberaron una sustancia pegajosa. Posteriormente esta sustancia se utilizó como gelatina agregándole panela en forma de melao para darle un sabor dulce. Esta forma de preparación aún se conserva y en la mayoría de los casos se elabora de forma artesanal, la única diferencia de la receta original es que actualmente se le añade canela o clavos.
Gelatina (gelatina de pata)
8 litros de agua
1 pata de res pelada y picada en trozos
2 libras (1 kg) de panela
4 limones (jugo)
2 cucharaditas de canela
4 clavos de olor
Se pone a cocinar la pata en el agua, por 8 horas, hasta que la carne se desprenda del hueso, se deja reposar, se le saca el aceite que se forma. Se cuela y se deja enfriar. La gelatina que resulta se muele dos veces y se cocina con la panela, el jugo de limón, los clavos y la canela. Se pone en moldes, se deja enfriar y una vez cuajada se corta en porciones. (Para dejarla blanca se hace igual, sólo se le debe añadir más panela y después se cuelga y se golpea, tirando y recogiendo hasta que se blanquee)